jueves, febrero 12, 2004

CUANDO EL AGUA SUBE, LO DEMAS SURGE DESPUES
El 29 tendría que haber sido día de ñoquis. Típico nuestro...a veces. Ese día no me acuerdo que comí. Lo hice en el laburo, junto a una de mis dos compañeras que normalmente comparten el almuerzo conmigo. Cerca de las cinco de la tarde, el primer llamado de telefono para la flaca sonó insistentemente. Al rato, la volvieron a llamar y esta vez, salí casi corriendo. Recién ahi, me di cuenta que todo lo que se venía iba a ser lamentable. A las seis y media me fuí rápido para casa. Rodrigo justo salía para ver donde estaba el agua cuando llegué. Lo acompañé. Temeroso y mentalmente perdido. Lo que ví, supero lo imaginable. Gente por todos lados, corría, gritaba, empujaba, lloraban sin entender, desconsolados...
Volvimos sin saber que hacer, solo calculando rapidamente cuanto tardaría el agua en llegar a la puerta de casa. Que si sube, que si baja, que si para...!!! Todo, absolutamente todo era absurdo.
Cuando entré a la casa, vi a mi mujer sentada en una silla, como esperando noticias alentadoras... No las hubo.
Calmé un poco el entorno, pero hasta yo no sabía que hacer. De pronto, me olvidé de todo e instintivamente, queriendo sobrevivir a algo que desconocía empecé a poner ropa en un bolso, mientras los chicos levantaban lo que podían sobre la mesa. Saqué la camioneta del garage, la puse de culata al porton, y empecé a cargar lo que podía. Los perros miraban sin alcanzar a entender porqué una caricia no les era entregada como todas las noches. Cada vez, que salía me pasaban la nariz por la pierna. Cada vez, que entraba hacían lo mismo, pero se corrían del camino echandose hacia atras, como pidiendo disculpas. Tenian miedo. Los ví locos, llenos de incomprensiones, ladrando desesperadamente. El macho mas grande, me acompañaba ida y vuelta. Quería advertirme con sus ladridos intensos.

---DALE, SOMOS MUCHOS...NO NOS DEJES.
---ESTOY DISPUESTO A AYUDARTE...CON VOS VOY A ESTAR HASTA SIEMPRE...LO SABES...
---PRESENTIAMOS ESTO Y NO ENCONTRABAMOS FORMA DE HACERTELO SABER.

Desesperadamente, comencé a subir cosas a mi camioneta. No se lo que subí primero. Pero si, recuerdo lo que llevé último... A mis perros...
Y los llevé último, porque ya habian pasado por mi casa Mingo y Belen para darnos una mano con los restantes perros. Uno se llevó dos de ellos, y la otra la hembra más joven. Mi familia se dividía por causa del agua.
Alrededor de las ocho treinta de la noche subimos a la camioneta ya saliendo con el agua a media rueda. "NOS INUNDABAMOS"...hasta donde llegaria no lo sabríamos.
Fuimos a parar a la zapateria que teníamos montada a unas cuantas cuadras del desastre. Por supuesto que cerramos y nos metimos dentro con todas las angustias. Tiramos colchones en el piso, acomodamos algunos artefactos eléctricos que pudimos salvar y apilamos las cajas con los perros.
...cuando me recosté un rato a la medianoche detras del mostrador, porque la radio me tenía en vilo, retuve en mi memoria la cara asustada de mis mascotas. Con las orejas tiradas para atras, jadeando de a poco, lloriqueando de a ratos. No sabían, no entendían que pasaba. ¡Tan rápido fue todo!



Este pequeño relato es en agradecimiento a todos los que me ayudaron ese 29 de abril de 2003, nefasto para muchos santafecinos.
Lo que pasó después es más triste, pero forma parte YA de un mal recuerdo. Quizás no sea mucho, quizás no alcance... pero solo en mi corazón, en el de mi familia, y en el de mis perros está la verdad de este sentimiento de gratitud para con ustedes. MINGO Y BELEN

MUCHAS GRACIAS