Y, a consecuencia de ello el GRUPO que formó el "profe" en su momento, por sí mismo se empieza a resentir. Y como si fuera poco, el "profe" también tiene un pensamiento distinto, pero a diferencia de los demás tiene la posibilidad de tratar de llegar a un acuerdo en la toma de decisiones o en mediar en las discuciones en lugar de aumentarlas. Existen hoy (en mi entorno) estos dos profes de los que hablo. Los que --cosa curiosa-- también marcan dos tendencias de manejo de perros, completamente distinta.
Uno de ellos, está mas predispuesto a la charla y al razonamiento lógico de las situaciones planteadas que el otro. El otro va más al choque, se deja llevar por estas mismas situaciones digamos con cierta "violencia" en su manera de expresarse. Pero ambos, son perfectamente capaces en lo que realizan. Ambos son autodidactas, y ambos compiten dentro de esa creación contra el otro.
Uno de ellos, escucha el cuestionamiento de una persona que tiene una duda o inquietud, el otro ya se adelantó a resolverla porque ya conoce esa duda, y como la conoce no te deja expresar.
Uno se encarga de su compañero desde otros puntos de vista, como por ejemplo, preocuparse por su familia, por su perro, por su entorno como ser humano. El otro no.
Uno esta dispuesto a discutir el reglamento, y explicar el porque de una situación en particular. El otro también, pero involuntariamente tiene que ser así como él lo propone porque no existe otra posibilidad nada mas que la suya.
Uno al reglamento le encuentra siempre una vueltita más para discutir, el otro se amolda al reglamento y está dispuesto a llevarlo a cabo, tomando algunos recaudos con respecto a alguna situación en particular.
El más efusivo esta dispuesto a llevarse todo por delante contra viento y marea, el más cauto también pero recorre otro camino. Y, en cuanto uno critica de buena manera al otro, como si fueran perros se notan por debajo de los labios sus dientes frunciendo el hocico.
A veces, nos parecemos a ellos.
Con la única e inexorable diferencia, que a los perros les enseñamos nosotros...y a nosotros ¿quién?
Con la única diferencia que los perros son de distinta raza, y nosotros una especie de perros de una sola raza.
Como en toda manada, los identificables como líderes de un grupo son los que tienen aptitudes distintas de otros, los que guian a otros, los que están donde los otros no pueden, son los que cuidan.
Definitivamente, digamos son los que más saben de la cosa...¿Lo saben?
Los que los siguen (o los seguimos), forman parte de la masa total del GRUPO. De esa masa, donde surgen los comentarios, los dilemas, las inquietudes, los proyectos y algunas cosas más que siempre surgen (porque siempre, pero siempre surge algo). Son los que aprendieron junto a él pero no forman parte de los líderes, porque no están a su altura, porque no pueden o porque no quieren. No son referentes. Están para, entre ellos mismos, aprender de los líderes, pero no para cuestionarlos... ¿o sí?
SIIIIIIIIIII...se debe cuestionarlos. ¿Cómo no? Si de los cuestionamientos, surgen las mejoras, el progreso, el tirar para adelante aunque pensemos distinto.
¿O acaso el líder de una manada en algun momento no es retado por el más fuerte para seguir guiando al resto? No digo que se cuestione absolutamente todo, pero que se haga dentro de las normas de convivencia humanas, me parece totalmente normal. Porque el pensamiento no es único. Hay muchos dentro de mi manada, que piensan igual o distinto. Pero todo se puede canalizar, en favor de algo. En este caso, en favor de la actividad que desarrollamos. En cuanto dejemos, el pensar en UNO y pensemos un poco más en el TODO, sin duda mejoraremos, no solo como personas, sino también como partícipes de una convivencia que cada vez se hace más difícil. Y se hace más dificil a medida que la manada crece.
Dentro de la manada en cuestión, también hay recelos, resquemores, problemas, contradicciones, dimes y diretes. Lo que es bueno para uno, es malo para el otro. Y lo que el otro dice de uno, no se aplica al otro. Entonces todo se complica, y lo unico que se perjudica es el objetivo trazado desde un principio.
Se perjudica la actividad. Porque en lugar de mejorar, nos detenemos en el camino para complicarnos. Y esto más se acentúa, cuando son los que guían los que mantienen continuos enfrentamientos por distintas cuestiones que quizas no tengan que ver con la actividad misma, pero sí con el normal desenvolvimiento de uno como persona, como individuo.
Ahora bien, no puedo dejar de reconocer que aunque separados por un momento, unidos en el intento.
Cuando todos tenemos que competir por todos, enfrentando a otros, la unificación se nota.
En el reino animal, muchos se protejen entre ellos para evitar la muerte. Estando solos, son carne para el más fuerte.